jueves, 30 de agosto de 2012

jean nouvel

proyecto 3b

 PROYECTO 3b
Proyecto de escuela, ampliación colegio salesianos, barrio don Bosco.
cada uno de estos volúmenes representaba una actividad diferente.
uno de ellos contaba con aulas y talleres, otro lo deportivo, y el ultimo lo cultural, un auditorio y biblioteca. todos ellos conectados por un zócalo de servicios que contenía bares, banos, etc.


 diagramas de intervencion. esquemas de implantacion y de master plan del emprendimiento
corte fugado

corte fugado

corte fugado

domingo, 26 de agosto de 2012

La hegemonia de lo politicamente correcto

Todo momento histórico podría caracterizarse en virtud de las ideas que en su seno compiten por instalarse socialmente. De toda puja ideológica, cuando la brecha de aceptación social que separa a un conjunto de ideas respecto de otras opuestas aumenta considerablemente, vemos surgir como categoría aquello que llamamos “lo políticamente correcto”.
Dado que se trata de una construcción social, y por lo tanto se encuentra en constante cambio, lo que hoy puede resultar “políticamente correcto” mañana bien puede ser “incorrecto” (y viceversa), por la esencia misma de estas nociones, más vinculadas a una idea de cantidad de adeptos que de calidad de postulados...
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En la Argentina esta última situación es la que se reproduce. Más que una cuestión de partidismo, es una cuestión de ideología: el estatismo ha hegemonizado la opinión pública a tal punto, que hemos inconscientemente aceptado la idea según la cual el Estado es una suerte de dios moderno facultado para dirigir a su antojo la vida de la gente; que sus burócratas son ángeles caídos del cielo dispuestos a hacernos la existencia más feliz; que el conocimiento que éstos tienen sobre los intereses de la gente es aún más profundo que el que esa misma gente tiene sobre sus propios intereses....
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El comienzo del fin de una hegemonía tiene lugar cuando se le pierde el temor; cuando se la desnaturaliza y se intenta ver qué le subyace realmente. Dejar de aceptar de forma acrítica lo políticamente correcto, implica comprender que la fuerza de sus postulados reside más en la cantidad de adictos y repetidores compulsivos, que en su razonabilidad y veracidad.
Autor: Agustin Laje

MI ARTE

PASO 1

paso 2

paso 3
Fin de semana de produccion.
Regalo para la nueva casa de mis amigas.(anita y lore).
elefante de la buena suerte!!! exitos con su nuevo emprendimiento!!



atras: Silvita pintando a marylin Monroe . ESPECTACULARR!!


jueves, 16 de agosto de 2012

la teoria de los vidrios rotos


“La teoría de las ventanas rotas”
En 1969, en la Universidad de Stanford (EEUU), el Prof. Philip Zimbardo realizó un experimento de psicología social. Dejó dos autos abandonados en la calle, dos autos idénticos, la misma marca, modelo y hasta color. Uno lo dejó en el Bronx, por entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York y el otro en Palo Alto, una zona rica y tranquila de California. Dos autos idénticos abandonados, dos barrios con poblaciones muy diferentes y un equipo de especialistas en psicología social estudiando las conductas de la gente en cada sitio.
Resultó que el auto abandonado en el Bronx comenzó a ser vandalizado en pocas horas. Perdió las llantas, el motor, los espejos, el radio, etc. Todo lo aprovechable se lo llevaron, y lo que no, lo destruyeron. En cambio el auto abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto.
Es común atribuir a la pobreza las causas del delito. Atribución en la que coinciden las posiciones ideológicas más conservadoras, (de derecha y de izquierda). Sin embargo, el experimento en cuestión no finalizó ahí, cuando el auto abandonado en el Bronx ya estaba deshecho y el de Palo Alto llevaba una semana impecable, los investigadores decidieron romper un vidrio del automóvil de Palo Alto, California. El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el Bronx de Nueva York y el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al mismo estado que el del barrio pobre.
¿Por qué el vidrio roto en el auto abandonado en un vecindario supuestamente seguro es capaz de disparar todo un proceso delictivo?
No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que ver con la psicología, el comportamiento humano y con las relaciones sociales.
Un vidrio roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que todo vale nada. Cada nuevo ataque que sufre el auto reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada de actos, cada vez peores, se vuelve incontenible, desembocando en una violencia irracional.
En experimentos posteriores (James Q. Wilson y George Kelling) desarrollaron la “teoría de las ventanas rotas”, misma que desde un punto de vista criminológico concluye que el delito es mayor en las zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores.
Si se rompe un vidrio de una ventana de un edificio y nadie lo repara, pronto estarán rotos todos los demás. Si una comunidad exhibe signos de deterioro, y esto es algo que parece no importarle a nadie, entonces allí se generará el delito. Si se cometen “esas pequeñas faltas” como estacionarse en lugar prohibido, exceder el límite de velocidad o pasarse una luz roja y estas pequeñas faltas no son sancionadas, entonces comenzarán a desarrollarse faltas mayores y luego delitos cada vez más graves.
Si los parques y otros espacios públicos son deteriorados progresivamente y nadie toma acciones al respecto, estos lugares serán abandonados por la mayoría de la gente (que deja de salir de sus casas por temor a las pandillas), y esos mismos espacios abandonados por la gente, serán progresivamente ocupados por los delincuentes.
La respuesta de los estudiosos fue más contundente aun, indicando que; ante el descuido y el desorden crecen muchos males sociales y se degenera el entorno.
Tan sólo vea un ejemplo en casa, si un padre de familia deja que su casa tenga algunos desperfectos, como falta de pintura de las paredes en mal estado, malos hábitos de limpieza, malos hábitos alimenticios, malas palabras, falta de respeto entre los miembros del núcleo familiar, etc., etc., etc., entonces poco a poco se caerá en un descuido de las relaciones interpersonales de los familiares y comenzarán a crear malas relaciones con la sociedad en general y quizá algún día llegarán a caer en prisión.
Ésa puede ser una hipótesis de la descomposición de la sociedad, la falta de apego a los valores universales, la falta de respeto de la sociedad entre sí, y hacia las autoridades (extorsión y soborno) y viceversa, la corrupción en todos los niveles, la falta de educación y formación de cultura urbana, la falta de oportunidades ha generado un país con ventanas rotas, con muchas ventanas rotas y nadie parece estar dispuesto a repararlas.
La teoría de las ventanas rotas fue aplicada por primera vez a mediados de la década de los 80 en el metro de Nueva York, el cual se había convertido en el punto más peligroso de la ciudad. Se comenzó por combatir las pequeñas transgresiones: graffiti deteriorando el lugar, suciedad de las estaciones, ebriedad entre el público, evasiones del pago del pasaje, pequeños robos y desórdenes. Los resultados fueron evidentes.
Comenzando por lo pequeño se logró hacer del metro un lugar seguro.
Posteriormente, en 1994, Rudolph Giuliani, alcalde de Nueva York, basado en la teoría de las ventanas rotas y en la experiencia del metro, impulsó una política de “tolerancia cero”.
La estrategia consistía en crear comunidades limpias y ordenadas, no permitiendo transgresiones a la ley y a las normas de convivencia urbana.
El resultado práctico fue un enorme, con una gran reducción de todos los índices criminales de la ciudad de Nueva York.
La expresión “tolerancia cero” suena a una especie de solución autoritaria y represiva, pero su concepto principal es más bien la prevención y promoción de condiciones sociales de seguridad.
No se trata de linchar al delincuente, ni de la prepotencia de la policía; de hecho, respecto de los abusos de autoridad, debe también aplicarse la tolerancia cero.
No es tolerancia cero frente a la persona que comete el delito, sino tolerancia cero frente al delito mismo.
Se trata de crear comunidades limpias, ordenadas, respetuosas de la ley y de los códigos básicos de la convivencia social humana.
* * *
Hasta aquí el artículo. El autor se ha limitado, en una clave “politically correct”, a analizar las consecuencias de las “pequeñas transgresiones” en el campo del delito común, pero no ha sacado las obvias conclusiones en el campo político.
Es conveniente que nosotros no nos detengamos en ese terreno sino que saquemos las conclusiones políticas del fenómeno.
En la argentina ocurren todos los días toda clase de transgresiones: al derecho de propiedad; a las libertades más elementales, como la de transitar de un lado al otro, de entrar y salir del país; de importar y de exportar; inseguridad frente a los criminales; la incertidumbre de saber si estamos protegidos contra la posibilidad de que una ley injusta o una orden judicial o estatal puede caer sobre nosotros inesperadamente implicando -injustamente y sin posibilidad de reclamar justicia-, la cárcel o la ruina; la inexistencia de una moneda sana y la imposibilidad de ahorrar en una moneda estable; la de ser víctimas de huelgas salvajes que entorpecen, hasta impedirla en gran medida, una convivencia civilizada; la constante monstruosidad de ser gobernados por delincuentes y jamás por gente honesta y capaz; el no tener FFAA disciplinadas y leales a la Patria que pueden actuar como última barrera contra un asalto al poder total, desde el llano o desde el gobierno, etc., etc., etc.
Todas estas cosas son incompatibles con un Estado de Derecho y, en cambio, son prefiguras de lo que ocurre en un Estado totalitario colectivista, o sea, comunista.
Tenemos tendencia a creer que hay una distancia astronómica entre aquellos síntomas y un Estado comunista. Pero nos equivocamos.
Como lo prueba el estudio de la Universidad de Stanford y el libro de Gladwell, aunque la distancia sea aparentemente grande, cuando la acumulación de los síntomas llega a un punto de saturación política (el “tipping point”), el cambio es sorpresivo e instantáneo y podemos caer en el comunismo sin transición.
Son pocos los que saben que la revolución comunista de Octubre de 1917, la que puso a Lenin, a Trotzky y a los bolcheviques en el poder, se produjo de la noche a la mañana, sin disparar ni un tiro. El fenómeno está descripto con horrenda satisfacción por Trotzky en sus “Memorias”. Después empezó la matanza, a la que los comunistas siempre recurren con fría crueldad cuando les parece.
Y también son pocos los que saben que Lenin sostiene en sus libros y discursos que la etapa de preparación de una revolución comunista se asemeja al fenómeno de la evaporación del agua. Llega un momento en que el agua, calentada a una cierta temperatura, se evapora. A eso le llama Lenin, “el salto cualitativo”.
Con las sociedades “capitalistas” pasa lo mismo -dice Lenin. Llega un punto en el que la suma de los diversos fenómenos y conflictos “históricos” (provocados por los agentes de la revolución, desde el llano o desde el poder) alcanzan una “temperatura” política tal que se produce el “salto cualitativo” hacia el comunismo.
¿A cuánta distancia estamos de ese punto? Creo que no muy lejos.
Un fenómeno paralelo al de la acumulación de factores pre-comunistas es el de la creciente apatía y “resignación ante lo inevitable” de la gente honesta, especialmente de las “clases cultas”, al tiempo que niegan, contradictoriamente, que eso pueda ocurrir. Este fenómeno existe plenamente en la argentina.
Sería bueno que quienes todavía tienen amor a la Patria se despierten y empiecen a buscar cómo defenderse de este peligro gravísimo, el más grave de nuestra historia. Y si no saben cómo hacerlo, que tengan la humildad de preguntarle a los que pueden saberlo y se dispongan a actuar en consecuencia, aunque eso implique sacrificios y riesgos.

miércoles, 15 de agosto de 2012


Architects: Studio mk27 – Marcio Kogan + Renata Furlanetto
Location: são paulo . sp . brasil
Architect In Charge: Diana Radomysler, Fabiana Cyon, Fernando Falcon, Oswaldo Pessan

Contrary to the surrounding houses, a garden neighborhood of São Paulo, V4 House is a ground floor and almost disappears when seen from the street. The living room, positioned at the front of the house, is under a delicate beam of exposed concrete. Two rows of door frames, on both sides of the living room, can be completely retracted, constituting total integration between the front garden, the living room and the back patio. The living room, in this case, shelters from rain and sun, like a large veranda. And, under the beam, in one of the extremities, there is an open kitchen. On the ceiling of this volume, a large deck is an empty space that functions as a solarium. This terrace makes almost the entire project like a garden. 

clase 1

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